El papel del docente en la educación del S.XXI


Figura1. Lidia. (2021, 29 diciembre). ¿Mejora la tecnología el aprendizaje?
Claves del uso de las TIC en la educación - Activa. 
En las últimas décadas, la mayoría de modelos educativos no ha cambiado; pero la realidad afuera de las aulas es muy diferente, pues todos usamos la tecnología de una forma u otra, y por ello los estudiantes necesitan docentes que tengan o promuevan competencias digitales, y que sean capaces de mejorar los procesos de enseñanza - aprendizaje con el vínculo de la tecnología” (Inciarte, 2004, citado por Calderón, Loja, 2018, P.37). 
Con la entrada de las nuevas tecnologías, se ha producido un gran cambio a la hora de acceder a la información. Con ello, la sociedad ha progresado a gran velocidad y se genera la necesidad de que la educación y el rol del docente se adapte y progrese a la vez que las tecnologías, para que no quede atrás en el tiempo con los mismos modelos pedagógicos que ya van quedando obsoletos. “La integración de las nuevas tecnologías a la educación ha supuesto cambios en el currículo, en los centros educativos y sus instalaciones, en los roles del alumnado y el profesorado, etc. Ahora bien, la realidad actual de las aulas demuestra que en su mayoría las nuevas tecnologías han implicado una innovación tecnológica, pero no ha ido acompañada de una innovación pedagógica” (Calero, 2019, párr. 2). El gran inconveniente de este gran cambio a la hora de acceder a la información mediante las nuevas tecnologías, es que el alumnado se sitúa enfrente de una gran cantidad de información que, en muchos casos, no sabe procesar, por lo que hace necesario un constante cribado de toda esa información, y aprender el saber distinguir aquella que proporciona contenido de calidad. Es ahí, en este contexto, donde el docente debe replantearse su rol como docente.

Figura2. Docente 2.0: El papel de las TIC en la educación. (2016).
 Red Social.Rededuca. 
Por esta razón, la enseñanza debe cambiar y aprender a utilizar estas nuevas tecnologías y las herramientas que adapten la enseñanza y la evaluación a un contexto más actual. Es necesario destacar que el rol del docente que se conocía del siglo pasado, ha cambiado considerablemente en los últimos años a como lo concebimos hoy en día. Atrás queda la enseñanza y aprendizaje de memoria, con esas clases magistrales en las que se transmitía el contenido sin parar y el docente era el único conocedor de los conocimientos e información. Ha pasado de ser un simple transmisor de conocimientos a convertirse en la actualidad en un guía que motiva y facilita al alumno su proceso de aprendizaje. Este cambio ha sido posible gracias a la revolución digital en la que estamos inmersos, donde las tecnologías emergentes juegan un papel fundamental en el ámbito educativo. Calderón, y Loja (2018) plantean que es importante que los docentes del siglo XXI comprendan la realidad actual y construyan nuevas formas de concebir el aprendizaje, desaprendiendo métodos pedagógicos tradicionales y adoptando técnicas de aprendizaje innovadoras. Esto implica ser autónomos, eficaces, responsables socialmente, críticos y reflexivos, y hacer uso de las distintas herramientas tecnológicas disponibles sin limitarse al uso instrumental de la tecnología (P.37). Es decir, los docentes deben adaptarse a las nuevas tecnologías y utilizar herramientas de aprendizaje innovadoras para inspirar a sus estudiantes a pensar, a ser creativos y para motivarlos a ser inclusivos y tengan la oportunidad de desarrollar completamente su potencial. 

Compartiendo la opinión de García (2023) “El nuevo papel del docente no debe centrarse tanto en “enseñar” conocimientos, sino ayudar a los alumnos a construir su propio conocimiento, con nuevas funciones docentes y con una nueva filosofía que podríamos llamar: Aprender a aprender” (párr. 17). Además deben enseñar a los alumnos habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la comunicación eficaz y habilidades de colaboración en equipo, todas muy importantes en el progreso del mundo actual.
Figura 3. idDOCENTE. (2021, 23 julio). NECESIDAD DE FORMACIÓN EN LOS DOCENTES

En resumen, el docente del siglo XXI juega un papel fundamental en la formación de los estudiantes, utilizando de manera eficaz las nuevas tecnologías para mejorar los procesos educativos y preparar a los estudiantes para afrontar los desafíos del mundo actual. En definitiva, éste es el perfil del docente en la escuela del siglo XXI: un facilitador del aprendizaje, un guía que procura que el estudiante sea activo en su formación, un profesional que asume la responsabilidad de promover las habilidades que cada uno de sus estudiantes necesita para poder afrontar los retos que le toca en su momento; Un papel que exige de una formación continua y una actitud abierta a la innovación y al cambio en el docente. Me gustaría acabar esta reflexión con una frase de Beteta, (2012) que creo que es muy acertada: “El principio a seguir es adaptar las TIC a la enseñanza, no la enseñanza a las TIC”.

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